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Localizaciones extravagantes en el porno

El consumo de cine pornográfico, lejos de bajar o mantenerse en unos números comedidos, no ha hecho más que crecer en los últimos tiempos. Está claro que este tipo de entretenimiento sigue siendo muy popular hoy en día, y es que el contenido pornográfico es ahora más accesible que nunca. Los que ya cuenten con unos pocos años recordarán lo complicado que era, en los 80 y en los 90, acceder a grabaciones de este tipo. De hecho, el erotismo solía encontrase principalmente en revistas como Playboy, que suponían una ocasión inmejorable para disfrutar del morbo del desnudo femenino. La era dorada del porno no se tradujo tanto en repercusión mediática como en películas que rompieron muchos tabúes. Con la llegada de nuevos formatos, como el video y el DVD, la expansión fue mucho mayor y el negocio creció a pasos agigantados. Y luego llegó Internet y todo volvió a cambiar para mejor, llegando mucho más lejos.

Actualmente, algunas de las páginas y plataformas porno más importantes están colocadas entre los primeros puestos de las webs más visitadas. Cada día, millones de usuarios de todo el mundo acceden a estas plataformas para disfrutar de un rato de contenido erótico, en su mayoría totalmente gratuito. El modelo de negocio ha cambiado, y es que muchas productoras han tenido que idear nuevos sistemas para seguir generando ingresos. El “todo gratis” hace que se consuma más porno que nunca, pero no se paga tanto como antes. La industria, aun así, se mantiene en pie con nuevos modelos, nuevas formas de llegar al usuario y convencerle para que deje su dinero en sus vídeos. La expansión del público ha llevado también a una mayor diversidad en el estilo de porno que se graba. Ahora hay escenas para todos los gustos, desde aquellos que disfrutan con las fantasías con un poco de historia hasta los que van al directos al sexo extremo. Para abaratar costes, la mayoría de producciones se realizan en una habitación cualquiera, un pequeño estudio… Pero hay productoras que siguen apostando por localizaciones mucho más exóticas y sorprendentes, como una forma de destacar entre tanta variedad y competencia. Aquí hemos recogido algunas de las localizaciones más curiosas de escenas porno.

Una tienda

No deja de ser un clásico que vuelve cada cierto tiempo como una moda. Las tiendas, sean ficticias o reales, siempre suponen un lugar muy excitante para tener sexo. Porque todos visitamos tiendas en nuestro día a día, y fantaseamos con tener alguna aventura ardiente en los probadores, por ejemplo. Este tipo de vídeos llevan triunfando muchos años, y ahora también se han puesto de moda aquellos que, utilizando una falsa tapadera de tienda de empeños, se graban en un almacén cualquiera. El relato suele ser siempre el mismo. Una chica que llega desesperada y buscando vender algo para obtener dinero. El dueño, que la ve atractiva, le ofrece una oportunidad para ganar mucho más, si se mete en el cuarto de detrás con él. El pretendido realismo de la escena ya dependerá de los actores, pero suelen funcionar bastante bien.

El bosque

Salir a rodar al exterior puede resultar bastante costoso y complicado para cualquiera producción. Los rodajes al aire libre son más incontrolables, más problemáticos, pero también más espectaculares. Debemos ir bien pertrechados, con un buen equipo de grabación y todo lo necesario para conseguir un resultado óptimo en la escena. En el porno, rodar al aire libre supone también  aportar un punto extra a ese morbo de la escena. Estamos haciéndolo “en público”, y eso siempre ha sido una fantasía común en los espectadores. Incluso cuando la escena transcurre en el bosque, alejados de todo, como volviendo a aquellos tiempos de orgías en medio de la naturaleza. Rodar en un bosque tiene muchos contras, como la luz natural, el sonido, los animales salvajes… Pero también suele dar un resultado magnífico que se aleja, para bien, de esas típicas escenas que estamos tan acostumbrados a ver en interiores.

Un barco en alta mar

De esto sí que sabemos bastante. Tener sexo en alta mar es un verdadero gustazo para quien lo ha probado, y una experiencia que muchos sueñan con disfrutar llegado el momento. Un yate, un pequeño barco, todo vale si al final terminamos gozando con el sonido de las olas como banda sonora. Las grabaciones en alta mar suelen ser también problemáticas en cuanto al equipo, pero dan un resultado inmejorable para los que quieren aportar ese punto exótico y lujoso a la escena. Hacerlo en un yate es símbolo de poderío económico, casi como tener una mansión y aprovecharla para el sexo. Por eso, las productoras que manejan un poco más de presupuesto asumen ese gasto para destacarse sobre el resto de producciones. Aunque la verdad es que hoy en día casi cualquiera puede tener ya un yate y rodar sus propias aventuras sexuales en  él, de forma amateur.

Una biblioteca

Hablábamos al principio de lugares exóticos y curiosos donde se graban escenas de sexo, y no podían faltar estos templos del saber. Las bibliotecas siempre han estado rodeadas de un halo de intelectualidad evidente, porque la gente viene aquí a aprender, a investigar, a estudiar, a aumentar su conocimiento… Muchos jóvenes pasan horas y horas hincando los codos en estas mesas, frente a otros jóvenes como ellos, sumidos en esas cansadas sesiones de estudio. Normal que, para despejarnos, necesitemos disfrutar de un poco de sexo que alivie nuestra tensión y deje nuestra mente otra vez preparada para el saber. Se han grabado escenas en bibliotecas reales, con la chica tratando de no gemir muy fuerte para no llamar la atención. El caso de Kendra Sunderland, la actriz porno que comenzó masturbándose en la biblioteca de su universidad, también puso de moda esta localización entre los escenarios porno.

Un gimnasio

Otro de esos lugares que, sin servir realmente para un motivo morboso, rezuman sensualidad y lujuria en muchos de los que lo utilizan. Porque al gimnasio se va a entrenar, a bajar de peso, a ponernos fuertes, deseables para aquellos con los que queremos disfrutar de un buen polvo… Pero también se va a ligar, a lucir palmito, a conocer gente interesante que comparta nuestros objetivos, nuestros deseos… Todos conocemos historias sobre encuentros sexuales furtivos en este tipo de lugares, y al ser sitios muy visitados por la gente de a pie, también encajan perfectamente en la narrativa del porno. Escenas en las que una chica tiene sexo con su entrenador personal, encuentros en los vestuarios, sexo en grupo en una clase de spinning… Todo vale cuando se trata de encender la imaginación del espectador, que seguramente haya vivido situaciones parecidas a esa en su gimnasio… aunque no hayan terminado igual.